martes, 8 de febrero de 2011

Impacto ambiental de presas

Ayer presencié una escena rocambolesca. Un profesor de universidad narraba a 40 alumnos (Ingenieros Técnicos de Obras Públicas) los impactos ambientales que provoca la instalación de una gran presa. Según dicho profesor, entre comentarios jocosos, “los impactos se reducen simplemente a un efecto barrera de los peces, pero esto no tiene apenas importancia”. Mientras tanto, los alumnos asentían con la cabeza.

No me preocupa en sí la mentalidad del profesor, dado que siempre se ha dedicado a la construcción, y los problemas medio ambientales antes no eran una limitación. Me preocupa la transmisión de dicho mensaje a las nuevas generaciones. Y en especial a aquellos que algún día estarán dirigiendo obras de gran calibre.

Podemos estar de acuerdo en que la construcción de una presa, con o sin aprovechamiento hidroeléctrico, presenta un gran número de ventajas de tipo social, económico, e incluso en algunos aspectos, ambiental, pero también presenta una larga lista de impactos graves, los cuales es necesario reducir. Pero la única forma de reducirlos es conociéndolos.

Los impactos más comunes son los siguientes:

                Actúa como barrera frente a varios grupos de peces:

Especies Diadromas: son aquellas que realizan viajes anuales entre el mar y el río para reproducirse, como la Lamprea o la Anguila. En la actualidad no encontramos lampreas en los cursos medios altos de los ríos, pero los topónimos de los pueblos nos indican que en alguna época llegaron a tener gran importancia. Ej: Manganeses de la Lampreana (Zamora).

Especies Potamodromas: son aquellas que pasan toda su vida en el río, pero ascienden a zonas más elevadas y más oxigenadas para reproducirse, como barbos y bogas.

Esto no solo implica la limitación de un ciclo tan importante como es la reproducción, sino que también da lugar a el aislamiento de poblaciones, causando el estancamiento genético y volviéndolos más vulnerables a enfermedades y otros riesgos.

Es un hecho demostrado que las posibilidades de extinción de una especie aumentan cuanto menor es el tamaño de la población.


Imagen de una Lamprea

                Modifica los caudales naturales:

En épocas estivales reduce al mínimo la evacuación de caudal del vaso de la presa, creando zonas encharcadas y eutróficas aguas abajo del embalse.

En caso de existir aprovechamiento hidroeléctrico, puede que el salto hidráulico no se encuentre en el mismo lugar que la presa, desviando grandes caudales a zonas distanciadas aguas abajo.

El embalse de grandes volúmenes de agua además implica variaciones de temperatura.

La composición química del agua en un embalse puede ser muy diferente de la que le entra. Ello es debido a que el proceso de almacenamiento de agua genera cambios físicos, químicos y biológicos en el agua retenida y en el suelo y roca subyacentes. Como consecuencia de lo anterior, el agua que sale del embalse también presentará características diferentes a las propias del río.

Perdida directa de los suelos, con usos originales diferentes.


 Presa de Almendra. Vista desde aguas abajo. 2011

                Retención de sedimentos:

Se modifica la dinámica natural de erosión-sedimentación. En un río no regulado existen zonas en las cuales la erosión es menor que la sedimentación, creándose playas artificiales, deltas, etc. Al reducir al mínimo la sedimentación debido a la acumulación de sedimentos en los vasos de la presa, muchos de estos ecosistemas desaparecen. Esto está siendo especialmente significativo en el Delta del Ebro.

Modificar la cantidad de sedimentos transportados conlleva implícitamente la reducción de nutrientes que transporta el agua, con las consecuencias que esto tiene en ecosistemas naturales.


                Modificación en la composición del Plancton y Perifiton:

Un río no regulado tiene escasa presencia de Plancton. La creación de grandes embalses facilita el asentamiento de dichos microorganismos, aumentando sus concentraciones por volumen. Pueden dar lugar a la reducción del oxigeno disponible en el agua, afectando a las especies existentes.


                Especies exóticas:

La modificación instantánea que crea en el ecosistema desplaza a gran número de especies que no son capaces de resistir las nuevas condiciones. Todo esto facilita la colonización a nuevas especies invasoras, agravando aún más la supervivencia de las especies autóctonas.


Todo ello afecta directa e indirectamente sobre la heterogeneidad de los hábitats y las trayectorias sucesionales, y en última instancia, la integridad ecológica del corredor fluvial. Además durante la fase de construcción puede provocar otra serie de impactos.


 

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